jueves, 5 de julio de 2012

El que siempre está ahí, el que me hace reír con cualquiera de nuestras tonterías, el que me hace feliz con un "peque" o con un "princesa" porque sabe que me encanta, el que siempre me dejaba ganar en nuestras guerras de caritas, el que me hace llorar, el que es adorable, el que me viola, el que me soporta siempre, el que escucha todas mis chorradas, el que a veces me quiere mucho, y otras veces no me quiere nada. El que siempre se enfada conmigo o yo con él por tonterías, y en menos de un día ya nos hemos pedido perdón. El que en unos años va a ser el tito de mis futuros hijos, el que me va a comprar un palacio en Doñana y va a venir conmigo a Venecia. El que llegó de golpe, como las cosas buenas, y a lo tonto se ha ido haciendo más y más importante. El que me tiene ahí para todo siempre porque se lo ha ganado. El que será lerdo, y un mirón, y un mentiroso algunas veces, pero aún así se hace querer. El que sabe tan bien como yo que los "para siempre" son cosa de dos y que se cumplen si las dos personas quieren.