viernes, 6 de julio de 2012


-Tú me amas?
Se mostró nerviosa, respiró hondo y afrontó su definitiva e irrefutable respuesta con firmeza.
-No, no te amo.
-Dímelo viéndome a los ojos.
-Da lo mismo.
-¡No da! ¡Estás hablando conmigo, no con el suelo!