martes, 25 de septiembre de 2012

Tenia una sensacion extraña, como si te necesitara, después de todo el daño que me has echo, te necesitaba. Por alguna razón, mis recuerdos quisieron guardarte en el medio de mi corazón, donde gritaban, ve a buscarlo. Así día tras día, sentía que tu me hacías falta, que necesitaba tus caricias, pero no me mereces. No sabes lo que llore por ti, porque nunca lo hablamos, pero fue mucho. No volvimos a hablar desde aquel día que dijimos que no podíamos seguir así, que lo nuestro no funcionaba. Yo siempre pienso, que es cosa del destino, lo de que tu y yo nos juntáramos, pero y si el destino se equivoco, se equivoco en el momento de juntarnos, o en el de separarnos. Por parte creo que es la segunda opción, porque te sigo queriendo, lo que siento por ti no lo puedo explicar, apareces en mis mejores sueños. Nunca en mis pesadillas. Nuestros corazones laten a la vez,  y eso es lo que nos unió. Ahora mismo, estoy llorando, no se lo que decirte, sabes que te quiero, se que me quieres. Y que si quisieramos, podría funcionar, pero claro, no podemos, porque todo se repetiría, tu me harías daño, yo lloraría, lo dejaríamos, y volvería a escribir cartas como esta, la cual quemare después de terminarla, la hechare en el fuego de una gran hoguera de sueños rotos, para que nunca nadie sepa lo que siento ahora mismo, ellos creen que estoy feliz, porque aunque mis lágrimas se deslizan por mis gélidas mejillas, mi sonrisa pertenece ahí, para hacer feliz a la gente, porque me gusta verlos sonreír, no como tu a mi. De todas formas, sigo aquí, echándote de menos.